Frases de la Biblia para superar pruebas No hay más de un misterio
Su sufrimiento fue un acto de simpatía supremo que nos ofrece la oportunidad de ser perdonados y reconciliados con Dios.
El sufrimiento de Jesús nos muestra un ejemplo de fortaleza y resistor en medio de la adversidad. A través de sus pruebas y tribulaciones, Jesús nos enseña que es posible nutrir la Seguridad y la esperanza incluso en los momentos más oscuros.
Y la esperanza no avergüenza; porque el aprecio de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue hexaedro.
Y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su Certidumbre con obras, su aprecio con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Cristo con una firme constancia.
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La importancia de tener confianza en Dios es crucial para comprender la enseñanza de «valencia más allá de cualquier cosa en este mundo».
Nos invitan a reflexionar sobre nuestro check here propio pecado y a cobrar el regalo de la salvación que Cristo nos ofrece a través de su sacrificio en la cruz.
Ahora correctamente, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Porque yo sé muy admisiblemente los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Para probar la fidelidad de Job, Dios permite que Satanás le quite primero todos los bienes, y luego a todos sus hijos.
Esto nos enseña que nuestra obediencia a Dios en medio del sufrimiento es más importante que cualquier persecución o rechazo que enfrentemos.
Es la escuela de esos momentos de la vida de los que no podemos escapar, momentos que podemos sentenciar inútiles, desperdiciados, y que en cambio nos permiten crecer.
La esperanza del retorno del Hijo del hombre nos inspira a continuar predicando el evangelio en medio del sufrimiento y la traición, con fe firme y confianza en Dios.
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su inclinación en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.